sábado, 8 de noviembre de 2008

Gaza : un campo de concentración de 365 km2

Más de un millón y medio de palestinos viven encerrados en la Franja, entre la amenaza de la desnutrición y las incursiones del Ejército israelí.
Una brigada del Estado español, integrada por compañer@s del Centro de Medios, cuenta desde dentro la realidad de Gaza, en un especial que ha publicado el periódico Diagonal.





“Esto es una especie de granja de animales : 1,5 millones de personas en 365 km2 a los que echan algunas medicinas y alimentos”. Raji Sourani, director del centro de Derechos Humanos de Gaza, describe con esta sencillez aplastante la situación que vive la Franja de Gaza desde que hace 14 meses Israel impusiera un Estado de sitio.

“Tres cuartos de la población hoy dependen de las raciones de comida que estamos distribuyendo. Cubrimos el 60% de la nutrición necesaria al día, lo que significa que cada familia tiene que buscar otras formas para completar la ración. Algunas familias lo consiguen, otras no”, nos explica John Ging, director de la Agencia de la ONU para la Ayuda a los Refugiados Palestinos (UNRWA), para quien la situación es “realmente muy dramática”.

Y no es para menos. En Gaza comienza a haber desnutrición y extrema pobreza : la cifra de desempleados o sin sueldo roza el 70%, el 90% está por debajo de la línea de la pobreza, miles de niños están sufriendo anemia y desnutrición y la mayoría dependen de programas humanitarios de comida.







EN GAZA MILES DE NIÑOS ESTÁN SUFRIENDO ANEMIA Y DESNUTRICIÓN Y LA MAYORÍA DEPENDE DE PROGRAMAS HUMANITARIOS DE COMIDA

No son las consecuencias de un desastre natural, sino de una situación política con responsabilidades claras : Israel, con la complicidad de la comunidad internacional, ha prohibido totalmente las transacciones económicas y comerciales cerrando los seis cruces fronterizos de la Franja de Gaza con Egipto e Israel y ha reducido la entrada de combustible y de mercancías a una cantidad mínima, sumiendo al país en una crisis económica y humanitaria sin precedentes. Esporádicamente se permite la entrada de algún tipo de ayuda humanitaria, comida y material médico. Raji compara la situación con la de Iraq porque “el movimiento de los productos, por primera vez, ha llegado a un nivel cero”, y denuncia que el Cuarteto para Oriente Próximo, integrado por EE UU, la Unión Europea, Rusia y la ONU, ha otorgado a Israel completa flexibilidad y permiso para hacer lo que quiera con la población en Gaza : “Han decidido boicotearnos y frenar la ayuda en cualquier nivel mientras que Israel endurece el cierre de las fronteras”.

El ministro de Salud de Gaza, Bassam Naim, es más incisivo : “Estamos sufriendo una verdadera limpieza étnica en cuentagotas, con métodos limpios, como no permitir el acceso a medicamentos, por lo que la gente se muere”.
Bloqueo israelí

Para ilustrar el cierre de las fronteras, el director de la UNRWA ofrece un ejemplo : “Todos los días hay 89 o 90 cargas de camiones de productos básicos por uno de los cruces fronterizos, cuando en realidad se necesitan 400”. La escasez no es casual, tampoco que los alimentos y todos los bienes de primera necesidad hayan duplicado su precio.

Las autoridades israelíes justifican el bloqueo de Gaza por tierra, mar y aire como respuesta a los ataques palestinos, en especial a los cohetes lanzados desde Gaza contra la cercana ciudad israelí de Sderot. Como ha quedado documentado por varias organizaciones, la mayoría de los cohetes ‘qassam’ lanzados contra Israel han caído en espacios abiertos, sin causar víctimas mortales israelíes.

El conflicto interno entre Fatah y Hamás también ha otorgado cobertura a Israel y Occidente para practicar el estrangulamiento de la gente en Gaza. Los duros enfrentamientos entre los grupos armados de Fatah (Brigada de los Mártires de al-Aqsa) y de Hamás (Brigadas de Izziddin al-Qassam) desde febrero de 2006 (un mes después de que Hamás ganara las elecciones legislativas) terminaron con la ‘toma de poder’, como lo ha denominado el CDHG, de toda Gaza por parte de Hamás en junio de 2007. Entonces, el líder de Fatah y presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, declaró un Gobierno de emergencia con la colaboración de EE UU e Israel, invalidando al Ejecutivo islámico de Hamás. Israel, por su parte, amparado por la comunidad internacional, aprovechó para estrechar el cerco en Gaza. Para el abogado Raji, que ha documentado la violación de derechos humanos por las facciones armadas palestinas, “Israel, EE UU y Europa han estado políticamente y posiblemente en la práctica detrás de esto, confrontando a Hamás”.

Con el pretexto de protegerse, y más ahora con el Gobierno electo de Hamás, al que no reconoce, Israel blinda las fronteras de Gaza, impidiendo no sólo la entrada de productos básicos, sino el movimiento de las personas : trabajadores que han perdido su empleo, estudiantes de la Franja que no pueden aprovechar sus becas en otros países (ni aunque sea en Estados Unidos) y, más grave, personas enfermas que no pueden ser atendidas en Gaza y que pierden la vida. “Todos los días tenemos un nuevo grupo de pacientes, de 30 a 40, a los que les han denegado la salida, y el número de pacientes que muere se está incrementando dramáticamente. El último día registramos ocho pacientes que murieron porque no les dieron la oportunidad de ser tratados fuera”, explica el ministro de Salud. Para ‘protegerse’, Israel también dificulta el trabajo de la ayuda humanitaria, cuyos costes operativos han aumentado como consecuencia de las restricciones en los pasos fronterizos. Por ejemplo, la asistencia alimentaria le cuesta a la UNRWA 20 dólares estadounidenses por persona al día, cuando en 2004 eran menos de ocho dólares.

La tregua entre Hamás e Israel que se firmó el pasado 9 de junio, con la mediación egipcia, parecía que iba a flexibilizar el cerco. Pero las expectativas de la población de Gaza se han visto truncadas : “La gente pensaba que la comida iba a volver a estar disponible, que los materiales de construcción iban a entrar de nuevo, que iba a ser posible encontrar trabajo y, lo más importante, que se abriría la terminal de Rafah [con Egipto], así la gente podría viajar para recibir tratamiento médico y los estudiantes ir a las universidades. “Pero eso no ha sucedido. Puedes sentir la frustración de la gente : ‘¿para qué el alto el fuego ?’.
Eso es lo que la gente dice hoy”. Una desesperanza y una advertencia en la que también coincide el Doctor Bassam Naim : “Día a día vemos cómo la gente está perdiendo su confianza en el alto al fuego. Y te puedo asegurar que si esto no cambia pronto, nosotros no podemos asegurar el control de las fronteras, de los cohetes”.

Rompiendo el bloqueo informativo y humanitario

Desde el ‘alto el fuego’ entre Hamás e Israel firmado el 9 de junio de 2008, la crisis humanitaria que atraviesa la Franja de Gaza ha quedado fuera de la agenda informativa internacional. Sitiada por tierra, mar y aire, Gaza sufre un bloqueo económico sin precedentes. El informativo es otro de los cercos que trató de romper la acción solidaria de los dos barcos que partieron de Chipre y atracaron en el puerto de pescadores de Gaza el 23 de agosto.
Los 46 ‘navegantes’, representantes de la sociedad civil internacional, rompieron el silencio informativo al convertir Gaza en noticia y denunciar que el bloqueo que se le ha impuesto a la población palestina bajo ocupación en este territorio es una vergüenza, inhumano e injusto, además de ilegal. La entrada de solidarios internacionales es prácticamente imposible en Gaza.
Sin una coartada de trabajo o alguna actividad que no te vincule a organizaciones palestinas, la Administración de Israel, que es quien controla la entrada y salida de personas en Gaza por el paso fronterizo de Erez, puede rechazar tu visado o dilatar los trámites hasta agotar tu estancia.
Las personas que entran tienen que someterse a un exhaustivo control que roza la humillación y desprenderse de cualquier material político o humanitario para evitar problemas en la salida.

Lo que los sionistas aprendieron de los nazis

La maquinaria propagandística nazi retrató a los pueblos judío y gitano como «inferiores». En Israel es común tipificar a los palestinos como personas malvadas y una amenaza. El Pianista», película de Román Polanski, cuenta a través de la experiencia de un superviviente la encarcela- ción, resistencia y expulsión de las casi 450.000 personas del gueto judío de Varsovia entre 1940 y 1945. Pocas películas históricas tienen una carga de actualidad tan espeluznante, Viendo «El Pianista», un espectador palestino en Gaza se sentiría plenamente identificado con el protagonista.


Una comparación del desarrollo del plan nazi de expansión hacia el este con la política expansionista seguida por sucesivos gobiernos israelíes en su intento de creación del Gran Israel revela un notable paralelismo. En un primer paso -para crear un estado de opinión pública que aceptaría la «solución final»- la maquinaria propagandística nazi retrató a los pueblos judío y gitano como untermenschen o «pueblos inferiores».


Documentos nazis también alertaban de que las zonas de pobla- ción judía representaban «focos de infección» que amenazaba la salud de las grandes poblaciones alemanas que vivían en la Polonia de entonces. En Israel es común tipificar a los palestinos como personas intrínsecamente malvadas y una amenaza para la sociedad israelí.
Un estudio hecho por Daniel Bar-Tal de la Universidad de Tel Aviv de 124 libros de texto israelíes encontró repetidas caracterizaciones del pueblo palestino como «hostil, cruel, inmoral e injusto», y de los palestinos como «ladrones, sangrientos y asesinos». Jóvenes israelíes preguntados por el concepto que tenían del árabe respondieron en un 80%: «alguien sucio con una cara terrorífica». Igual que la población alemana durante la guerra, la población israelí ha sido condicionada sicológicamente para aceptar la aplicación de medidas brutales. La siguiente etapa de la política nazi en Polonia fue la confiscación de la propiedad judía. Sólo en Varsovia 13.000 viviendas fueron confiscadas y regaladas a familias alemanas y polacas. 2.600 tiendas y comercios también fueron cerrados.
La población judía sufrió un repentino y dramático empobrecimiento. Acto seguido, a finales de 1940, se creó el gueto de Varsovia. 450.000 personas estaban obligadas a compartir un espacio de tres kilómetros cuadrados detrás de muros de tres metros coronados de alambre de púas. La entrada y salida por 15 puertas controladas por tropas alemanas estaban regidas por un sistema de pases. Un proceso paralelo ha ocurrido en Palestina, aunque por razones políticas las autoridades israelíes han actuado con un ritmo más pausado contra la población palestina.
La confiscación de tierra y propiedad palestina empezó en 1948 cuando el Ejército israelí echó a cientos de miles de ciudadanos cristianos y musulmanes de las fronteras de lo que es ahora el Estado de Israel. Y el proceso ha seguido imparable hasta el día de hoy. Ariel Sharon, el carnicero de Sabra y Chatila, dio comienzo a la creación de guetos físicos cuando llegó al poder en Israel en 2001. Rodeó Gaza y en menor medida Cisjordania con muros y vallas de hasta ocho metros de alto y de cientos de kilómetros de largo. Gaza, ahora cerrado a cal y canto, tiene un millón y medio de personas hacinadas en 360 kilómetros cuadrados, la mayor densidad poblacional del mundo. Las únicas salidas están controladas por soldados israelíes.
En Varsovia, como ahora en Gaza, la combinación de hacinamiento, aislamiento y pobreza hizo disparar las enfermedades, la desnutrición crónica y el desempleo masivo. Para mantener el orden en tales condiciones, los nazis dependían de la colaboración de una policía judía que gozaba de muchos privilegios. Israel sigue la misma estrategia, intentando crear una policía colaboracionista dentro de Gaza y Cisjordania para reprimir a la resistencia espontánea que surge entre personas obligadas a soportar condiciones tan terribles.
El intento ha fracasado en Gaza porque el Gobierno de Hamas reaccionó expulsando a Mohammed Dahlan y su Seguridad Preventiva. En Cisjordania el presidente Abbas parece por ahora dispuesto a jugar el papel de colaboracionista. En el último capítulo del gueto de Varsovia los pocos supervivientes se levantaron contra los nazis, pistolas contra cañones y cocteles molotov contra aviación moderna. Los nazis cortaron el agua y la luz y entraron destruyendo todo casa por casa. Después de tres semanas de heróica resistencia, no quedó nada del gueto. Algo similar esta pasando en Gaza. La resistencia palestina responde con cohetes caseros, rifles, piedras y grandes dosis de valentía a los ataques constantes del Ejército israelí. Incapaz de acabar con la resistencia y temeroso de las bajas en sus propias filas que supondrían una reocupación, el Gobierno israelí responde cortando el suministro de agua y luz a la franja. La historia se repite, la víctima se convierte en verdugo.
Los nazis, sin necesidad de preocuparse por la opinión mundial, decidieron en 1942 organizar el exterminio de las poblaciones de los guetos en Auschwitz y Treblinka. Israel no se atreve -todavía- a aplicar medidas tan drásticas, aunque no faltan los políticos en Israel que abogan abiertamente por una expulsión masiva de la población palestina. Lo increíble es que Israel haya podido hacer lo que ha hecho delante de las cámaras de todos los medios de información pública y con el conocimiento de nuestros gobiernos.
Más increíble aún es la reacción de estos gobiernos, supuestamente defensores de la libertad y de los derechos humanos. Han aprobado el expansionismo israelí y han montado un boicot contra la población palestina.

Grupos Racistas en Bolivia

Bajo el grito de ¡MALDITOS INDIOS!, grupos racistas del departamento de santa cruz en Bolivia, han creado grandes disturbios y generado violencia, maltratando física y verbalmente a campesinos, indígenas y todo aquel que no sea de la estirpe blanca pura europea.

Estos grupos abiertamente promotores de grupos NAZIS como la juventud cruceñista, se instalaron en este país ya hace algún tiempo, apoyados por las dictaduras militares del pasado, han logrado de esta manera adueñarse de manera ilegal de grandes extensiones de terreno, y mantenido en pleno siglo 21 la esclavitud de muchos indígenas…



LOS AMERICANOS SABIAN LO QUE ESTABA HACIENDO ISRAEL

El video fue sacado por que youtube consideraba que era una violación a las normas imperantes luego del 9/11

Lo que sucede en Israel todo el mundo lo sabe; cualquier persona que ha vivido en esa región puede comprobar las violaciones a los DD.HH cometidas por la defensas israelitas

Israel está haciendo con los palestinos exactamente lo mismo que los nazis hicieron a los judíos.

Tradicionalmente las fuerzas de defensas israelitas (con la excusa de la seguridad) torturan a personas que no tienen nada que ver. No importa su edad como el caso de un activista palestino detenido infinidad de veces y cuya primera detención se produjo a los 15 años. Sometido a crueles torturas cuenta que se golpea a las personas hasta que se desmayan.


Uno de los militares más importantes de Israel fue consultado acerca de estos hechos, en ningún momento el militar negó o contradijo estas graves acusaciones.

Algunas de las personas entrevistadas se preguntan si EE.UU sabe lo que ocurre realmente en Israel y si es así porqué apoyan este sistema.